Mallory Schmitz
Redactora en inglés
Karina Ortiz
Editora en español
El edificio de la Universidad del Norte de Iowa (UNI) donde se practicaba lucha libre y ha sido llamado su hogar por casi un siglo ha sido desocupado debido a problemas de estabilidad.
La pared hacia el este del edificio actualmente está reforzada con soportes de aceros rojos. Una valla metálica rodea el exterior, con letreros que dicen: “cerrado por construcción”.
Las condiciones actuales y las señales que muestra el edificio, pueden darnos una idea del destino que le espera a este gimnasio, de acuerdo a lo afirmado por Pete Moris, el director de Relaciones Públicas de la universidad.
“Los ingenieros y consultores nos comentan: ‘los edificios te dicen cuando les ha llegado el momento y ahora mismo el edificio nos confirma su destino’”, dijo Moris.
Según Moris, las conversaciones sobre el mantenimiento del West Gym se han sostenido los últimos años. El costo estimado para hacer las reparaciones necesarias para el edificio se sitúa por más de 20 millones de dólares.
“Obviamente, por muchos años se ha sabido que el edificio presentaba deficiencias estructurales. Es un edificio que casi tiene 100 años y no está construido de acuerdo a los estándares actuales”, dijo él.
“Era nuestra esperanza que estas medidas de renovación temporales, nos dieran tiempo para terminar la temporada de lucha libre y que el equipo tenga un lugar para entrenar durante el resto del año. Lamentablemente, no hay las garantías que certifique el uso del edificio, incluso si dedicamos el tiempo y recursos necesarios para reforzar la pared”.
Las oficinas de softbol, atletismo y lucha libre se desocuparon el 17 de julio para la instalación de soportes estructurales. Todavía está desocupado por los consejos de un ingeniero estructural.
Desde entonces, el equipo se ha reubicado al USA Mat Club, local que se encuentra fuera del campus en la calle este 19, para su entrenamiento de pretemporada.
Debido a Moris, todavía hay una “conversación en desarrollo” para buscar una solución de corto plazo y poder traer el programa de regreso al campus. También, UNI está mirando hacia el camino a soluciones a largo plazo debido a la importancia histórica del programa, que vió siete panteras clasificar para los campeonatos de la Asociación Nacional de Atléticos Universitarios (NCAA) la temporada pasada.
“Hemos trabajado con un consultor por un tiempo para elaborar opciones para una solución a largo plazo para que el club de lucha libre pueda tener su hogar propio. Estamos conscientes de la importancia de un cuarto para la lucha libre y queremos que nuestros atléticos, equipo, entrenador Schwab y sus empleados tengan un hogar que sea para ellos, donde puedan entrenar y continuar a obtener un nivel alto y no sólo en la colchoneta”, dijo Moris. Las panteras fueron nombrados el equipo con el cuarto promedio de calificaciones más altas en la nación por la Asociación Nacional de Entrenadores de Lucha Libre en abril.
Sin embargo, las facilidades atléticas del futuro no pueden ser financiadas sin dinero público y tendrán que recaudar fondos, como la cúpula del gimnasio y McLeod Center fueron financiadas cuando los construyeron.
Hace más de 10 años, hubo una campaña de 1 millón de dólares para renovar la instalación. En 2012, el cuarto de lucha fue renovado para acomodar tres colchonetas y los vestuarios fueron renovados en 2014. Los planes originales para renovar el salón de pesas y el área para las medicinas de deportes nunca fueron completados.
El West Gym fue una vez el hogar primario de los programas atléticos de UNI antes de la construcción de la cúpula. En 1950, se dió el primer Campeonato de lucha de la División II de NCAA donde las panteras ganaron. También, fue el lugar donde UNI ganó 74 partidos de voleibol desde 1997 hasta 2004. De acuerdo con la historia, Moris dijo que no es una sorpresa que la comunidad tenga muchas emociones encontradas sobre el destino del edificio.
“Los éxitos y memorias que se han forjado en el edificio son claramente significativas, pero las emociones de la gente no hacen que el edificio sea menos estructuralmente deficiente”, dijo Moris.
“Es nuestra responsabilidad como universidad tomar la precauciones necesarias y seguir los consejos de seguridad de los profesionales, ingenieros y consultantes, y eso no disminuye la conexión emocional de la gente, pero sí lo hace más difícil llegar a la realidad de que este edificio no tendrá un futuro”.
Moris dijo que la comunidad tendrá que mantenerse atentos sobre el destino del edificio y cuál será el próximo hogar del programa de lucha libre.
“Anticipó que pronto tomaremos decisiones claves para ver si llegamos a algunas conclusiones de manera colectiva porque obviamente, no esperábamos que tendríamos que desocupar el gimnasio tan pronto”, señaló Moris.
El gimnasio ahora acompaña tres edificios dentro del campus que están desocupados: casa de exalumnos, cabaña de honores y Campbell Hall.