Durante el ventoso día de Martin Luther King Jr., el domo de UNI se transformó de estadio de fútbol americano a instalación de envasado de alimentos.
Un total de casi 2 000 voluntarios se acumularon en el domo para el evento albergado por el Northeast Iowa Food Bank llamado MLK Day Pack the Dome. Los voluntarios ayudaron a armar 60 000 bolsas de comidas imperecederas y nutritivas para sostener a niños del noreste de Iowa que padecen inseguridad alimentaria a través del programa del banco de alimentos BackPack, o programa de mochilas. Una vez ensambladas, mochilas son distribuidas por escuelas para alimentar a los niños durante los fines de semana y descansos vacacionales cuando no está disponible el almuerzo de la escuela.
La Directora Barb Prather del Northeast Iowa Food Bank dijo que albergar el evento en el domo ha ayudado a poner más atención al programa.
“Empezamos en los Commons donde empacamos unos pocos miles de bolsas de comida para el programa de mochilas, y hace casi 5 o 6 años dijimos, vamos a hacerlo en el domo. Involucramos a mucha gente, no solamente para honrar al Dr. King y su día, sino también para despertar la conciencia al problema del hambre infantil no solamente en el Cedar Valley, sino también alrededor del noreste de Iowa”, dijo ella.
Desde que el programa comenzó en 2004, BackPack hoy en día alcanza a casi 3 000 niños. Durante el año académico de 2021/22, el programa ha proveído 100 000 bolsas de comida para niños de 159 escuelas y 16 municipios.
Una estudiante de Relaciones Públicas, Paige Beck, era una de los voluntarios el lunes. Ella asistió conjuntamente con otros miembros de la Sociedad Estudiantil de Relaciones Públicas de América de UNI, donde ella y sus compañeros ayudaron a romper cajas, reaprovisionar alimentos y sustituir donde les necesitaban.
“Queríamos retribuir a nuestra comunidad”, dijo ella.
Beck y los otros voluntarios son una de las piezas vitales sobre por qué el programa es exitoso según Prather.
“Es una colaboración entre la comunidad y nuestros donantes y voluntarios y también las escuelas que luego los distribuyen en la comunidad”, dijo ella.
“Nos enfocamos en cada comida cada día para todos, y colaboramos, educamos y abogamos por las personas que padecen inseguridad alimentaria, y eso es lo que estamos haciendo hoy día”, añadió ella.
A pesar del clima helado—con una máxima de 1 grado y la sensación térmica de -16 grados cuando el evento se terminó—dijo Prather que la comunidad todavía se juntó para la causa.
“La universidad reconoce que hay inseguridad alimentaria en nuestra comunidad, y por eso el domo es el único sitio en donde podemos hacer la logística de todo esto”, dijo ella. “Pienso que no había ninguna duda de que saldría saliendo adelante”.
Con todas las planificaciones y coordinaciones necesarias para albergar el evento cada año, Prather y su equipo se enfocan en su meta principal: ayudar a la comunidad.
“Nuestra meta es asegurar que la gente del noreste de Iowa tenga acceso a comida y eso es lo que estamos haciendo aquí, es necesario que nosotros trabajemos juntos para hacerlo realidad”.
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